James Jean «Maze»

El cuadro que acompaña el texto es del 2008; sin embargo, representa para mí uno de los temas más antiguos y profundos del mundo: la relación del femenino y el masculino en la creación toda, el ánima y el ánimus.

Me encanta el «movimiento potencial» que sugiere la niña, que aún no muestra su juego, pero parece estar impulsada a sumarse a la enérgica acción con el niño del fondo hace girar su aro. También parece esconder un secreto, su aro es distinto, tiene otra propuesta, otra complejidad y dinamismo. El aro del niño muestra una mecánica que funciona, el aro de la niña muestra un laberinto, el ingreso a un misterio. El niño en plena fuerza y vitalidad, corre y gira al mismo tiempo. Ella es detención y observación, resuelve algo distinto. Ambas dinámicas, voluntad y misterio, logos y eros, según me parece, completan el sentirse vivo: el sentido y la energía para vivir. Son polaridades de una totalidad compleja que da a la existencia vigor y sabor. Ambas energías: femenino y masculino o ánima y ánimus existen dentro nuestro. Estamos construidos psíquicamente de esta unión sagrada, femenino y masculino para vivir, sentir, disfrutar , renovarse, amar.

La coexistencia del femenino y masculino interno es insustituible para nuestra salud mental y felicidad. No se trata de la equidad o equilibrio entre ambas, sino de la perpetua dinámis en que la voluntad se entrega al misterio y el misterio ejecuta la voluntad. Cuando una de las dos permanece fija hay desgaste y/o muerte. La voluntad erosiona los recursos, el misterio retrasa el actuar. Cuando se apaga el ánimus hay depresión clínica, alteración del ciclo circadiano, dificultad para la funcionalidad. Cuando se apaga el ánima hay depresión por falta de sentido, motivación vital, crisis. Seguimos tensionando la equidad afuera – lo que me parece ultra importante- pero incompleto si es que no logramos mantener dentro nuestro este «hierosgamos» como un matrimonio bienavenido que puede fluir con las exigencias de nuestra vida. Cualquiera que sea descartado, será un motor de menos para el viaje vital.